
Hace quizá algunos tres años, más o menos, que empecé a curiosear en un campo hacia el cual nunca antes me había sentido llamada: el ciclo menstrual.
Comencé siguiendo varias páginas en facebook que tocaban el tema, luego siguieron los libros, los cursos y al final vino lo que realmente le va dando sentido a todo: la auto-observación.
Porque al inicio era todo teoría y, aunque todo me parecía por demás interesante, revelador, incluso revolucionario, seguía sintiendo que aquel conocimiento versaba siempre era sobre alguien más, nunca sobre mí.
Fue cuestión de tiempo y de constancia en mi auto-observación, el que empezara a notar «coincidencias», actitudes, sensaciones, etc. que se repetían ciclo a ciclo aunque aún no sabía cómo interpretarlas. Debo admitir que, al principio, me frustraba mucho el no saber qué hacer con toda la información que iba recopilando, es más, a veces no sabía qué era exactamente lo que estaba observando/buscando o para qué cuerno me sería de utilidad; a ratos tiraba la toalla pero seguía con el dedo en el renglón. Y creo que empecé a comprender algunas cosas cuando dejé de obsesionarme con el asunto y, no sé precisamente en qué momento, me di a la tarea de observar por observar y punto.
Y es que ahora, aunque no soy experta ni mucho menos, ni siquiera en mí (aún), me resulta inconcebible cómo he pasado tanto tiempo sin escuchar el radar interno de mis ciclos. Ahora, inevitablemente, escucho ciclos en todas partes y en todas las conversaciones.
Y sobre este proceso de auto-descubrimiento iré compartiendo poco a poco también aquí en Delirios compartidos, pues me parece indispensable reflexionar y dialogar sobre este tema como uno más de esos tantos que se han convertido en tabú y, por ende, no han ido restando poder, ya que se los ha confinado al silencio y, a nosotrxs, a la vivencia de los mismos desde un lugar de soledad, de duda, incluso de vergüenza y temor.
El ciclo menstrual va tomando peso cada vez mayor en mis delirios, en mi día a día y me parece de vital importancia porque es uno de tantos ciclos naturales clave para conseguir mayor bienestar personal, porque creo que la conexión con nuestros ciclos personales nos empodera, porque va a ser que la hija de mi corazón tiene razón: «la forma que más hay en el universo es el círculo». 🙂
Ana Matricia