
Ir por el camino y toparse con esta irritante y lamentable imagen: Tetas vendiendo muebles. No es una persona que muestra teta, no, son tetas (objeto) vendiendo un producto. Punto. Como si detrás de esas tetas no existiera ALGUIEN.
Y es que todxs sabemos que hay una gran relación entre las tetas y los muebles, ¡claro! Muy lógico. De hecho, si no recuerdo mal, la última vez que elegí un sofá pensé “en este sofá se reposan las tetas muy cómodamente, ¡me lo llevo!” ¡Ah, no, espera! ¡Que recuerdo mal!
Entre el cerebro y la creatividad de esxs publicistas y el cerebro de la población a quien va dirigido su mensaje, no sé cuál me espanta/decepciona más.
Y así van ellxs tan tranquilxs, paseando su doble moral por las ciudades, pero ponte a publicitar (o visibilizar, simplemente) lo único lógicamente publicitable con las tetas -leche materna- y a ver cómo te va con el doble rasero.
El mundo al revés. Por lo pronto, esta empresa se queda en la lista negra.
Ana Matricia