
Hoy medité con danza, así me lo pidió el cuerpo. Y el alma.
Música suave acompañando un mantra espectacular y abrazadoramente entonado por Snatam Kaur: Dhan Dhan Ram Das Guru.
Un agradable y gentil reencuentro con mi ser corporal va aconteciendo: respiración consciente, movimientos espontáneos, suaves, cortos y alargados se van manifestando a través de mí.
Me balanceo suavemente al ritmo de la música que ya se encuentra en todos los poros de mi cuerpo y continúo así por varios minutos.
Después detengo la música y me acomodo en una silla para observar mi respiración, para permitirme un momento de, simplemente, ESTAR. Y me observo. Me siento contenta, como… Como contenta!
(Diálogo interno:)
– Oh! Es un poco raro.
-Raro?!
– Sí, como… Como si no tuviera derecho de sentirme contenta.
– ¿¿??
– Como si tuviera que vivir ligada a los dramas y desgracias que existen el mundo, segundo a segundo, en lamentación permanente: La tortura animal, la corrupción, la falta de amor, todo el trabajo que hay por hacer para mejorarme, para mejorar mi entorno…
– Shhhhh!! Soy consciente de todo ello pero, es eso un impedimento para sentirme contenta porque sí, porque así me siento? No es incluso un beneficio para tus metas, vibrar en esta energía?
………
– Va a ser que tienes razón, va a ser que tengo derecho a experimentarme también contenta. Tengo derecho de sentirme contenta. Tengo derecho a estar contenta! Así sin más, sin motivo aparente, por nada en especial. Por que es lo que hay.